¿Cómo es despertar
de un sueño en el que nunca caíste?
Tocar la superficie.
Un amanecer frío.
Feliz.
Y que son lágrimas
que es rocío.
Romper la cubierta.
Descubrirte.
En cada punta de tu cuerpo.
Porque ser incorpóreo
no es igual a no ser.
Y sentir.
Y luego
por fin.
Una inexorable certeza.
Verídico edén.
Y entonces
Nacer.
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Quisiera contarles un poco cómo escribí esto. Estábamos en el taller de teatro del liceo, y se nos propuso un ejercicio que consistía en, tras quedar unos minutos en el suelo, en silencio, levantarse. Pero levantarse como si fuera la primera vez, intentarlo de una manera distinta, inexperta. Como un bebé que trata de pararse en dos piernas o tratando de sostener su cabeza por él mismo. Me resultó muy interesante, lo sentí, precisamente, como un nacer.
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